La inflación de este año será histórica y generará más pobreza

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Por: Lic. M.Sc. Willy Marcos Chipana Mamani

Periodista – Docente universitario

Este miércoles, realicé la compra de aceite comestible en el mercado de Villa Dolores, cuyo litro se mantiene en Bs 18, y le pregunté a la caserita, ¿por qué no vuelve al precio de antes que era Bs 11? y ella me respondió: “casero no va a bajar nunca más, más bien, va a seguir subiendo”. Esta situación se refleja en la inflación acumulada hasta marzo de este año que alcanzó el 5%, lo cual no termina de golpear la economía de las familias.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) los bienes y servicios que registraron una mayor inflación en marzo de 2025 fueron el tomate (25,58%), el transporte en minibús (4,86%), la cebolla (22,83), la carne de pollo (9,45%), la carne de res sin hueso (4,45%) y el almuerzo (1,26%). La inflación acumulada del 5% hasta marzo representa el 67% de la meta gubernamental para este año que es el 7,5% y equivale el 50% del índice inflacionario de 2024 que llegó al 9,9%.

La causa de esta situación se debe a la falta de dólares en la economía formal e informal, así como la existencia de un mercado negro, donde el costo por cada divisa estadunidense fluctúa entre Bs 12 y Bs 14. Empero, la inflación tiene como inicio al déficit fiscal que en 2023 alcanzó el 10,8% con relación al Producto Interno Bruto (PIB), lo que equivale a $us 5.000 millones y para el 2024 se proyectó 7,8%, que alcanza a unos $us 3.600 millones y para este 2025 se estimó 9,2%, lo cual es mayor a los dos últimos años.

El déficit fiscal (altos gastos y pocos ingresos) creó una presión sobre las reservas internacionales netas (RIN) que causó su reducción de $us 15.122 millones a $us 1.976 millones entre 2014 y 2024, lo cual se tradujo en la falta de dólares para la importación de bienes que demandan los consumidores, se crearon mercados negros para la venta de dólares y se distorsionó la oferta y demanda en la economía.

Otros aspectos que ayudaron al aumento de la inflación fueron la falta de carburantes, el contrabando a la inversa, el cambio climático, la especulación y el escuálido resultado de las exportaciones que hasta enero de 2025 alcanzaron a $us 597,8 millones y las importaciones $us 781,1 millones, lo que deja un déficit comercial de $us 181,2 millones.

La inflación es el aumento de los precios de bienes y servicios en una economía. El incremento sostenido de la inflación por la falta de dólares golpea de forma directa a las familias de escasos recursos, es decir, se agrava la pobreza. Asimismo, los bolivianos de a pie sienten la pérdida del valor adquisitivo de sus ingresos que al momento alcanza al 50%, o sea, en la actualidad no se puede comprar con Bs 100 la misma cantidad de bienes con relación al año anterior.   

También, la falta de dólares y su elevado precio en el mercado negro hace que importar bienes, producir o comercializar se encarezca y los precios de los productos en los mercados para el consumidor final se eleven como en el caso de los medicamentos, los repuestos para vehículos, los insumos agropecuarios o repuestos para maquinarias.

Por lo expuesto, por ejemplo, los productores de carne de pollo o de azúcar cada vez compran materia prima (maíz o medicamentos) del mercado mayorista a precios elevados, lo que causa que los bienes que ellos comercializan en el mercado minorista o al detalle tengan que incrementarse. Similar situación se aplica para los productores de calzados o de aceite comestible.

En este marco, el aumento salarial que negocia la dirigencia de la Central Obrera Boliviana (COB) con autoridades del gobierno no repondrá la pérdida del valor adquisitivo del ingreso de los trabajadores, debido a que la inflación crece como una bola de nieve conforme pasan los meses. El encuentro de ambas partes, debería tocar la escasez de dólares que tiene su origen en el déficit fiscal y no el regateo facilón del porcentaje que sólo agravará la pobreza.

Entonces, todo hace prever que este año la inflación superará el 10% y será histórica con relación a los últimos 30 años porque en este periodo sólo en 2008 se registró el máximo del 11,85%, y fue en 2011. Esto se debe a que el modelo económico aplicado no genera las condiciones para el aumento de la producción de diferentes bienes y servicios en el mercado interno ni garantiza la suficiente provisión de dólares para atender la demanda interna existente.

¿Qué hacer?

Se debe garantizar la provisión de combustible para el sector agropecuario con el objetivo de garantizar la suficiente oferta de alimentos en el mercado interno, la reducción del gasto corriente en el aparato gubernamental, lo cual se traduce en la reducción del número de ministerios, la disminución de salarios y de funcionarios, así como el cierre o transferencia al sector privado de las empresas estatales deficitarias.

Asimismo, la lucha contra el contrabando a la inversa y la aceptación de créditos externos para sobrepasar el momento. En el ámbito de la política fiscal, es necesario que los cooperativistas auríferos y los cocaleros tributen al fisco de forma proporcional a las ganancias que obtienen.

Es menester la implementación de un nuevo modelo económico productivo que atraiga la inversión privada nacional o extranjera para aumentar la productividad, lo cual permite elevar la oferta de bienes y servicios con el objetivo de bajar los precios de los bienes en los mercados. Esta tarea deberá realizar el próximo gobierno que sea elegido en las elecciones de agosto porque la actual gestión de Luis Arce, no tiene el valor ni el coraje para hacerlo.

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